Carta abierta a Orange

Esta carta, así como está, fue enviada a Orange por correo certificado. Bien por caprichos del destino o por el santo que sea, al poco tiempo de enviar esta carta ocurrió algo que casi me atrevería a definir como un milagro: Orange nos devolvió el dinero. Puestos ya en antecedentes, ahora queda leer la carta si acaso apeteciera o apeteciese:

A la atención del máximo responsable de Orange.

Como orgulloso ex cliente (al fin) del servicio ADSL Orange, les digo:

Que después de haberme tenido en jaque varios meses, haberme gastado una mini fortuna en llamadas a su número de supuesta Atención al Cliente, haber perdido el sueño y algo de Fe Cristiana durante el camino, más un principio de úlcera sangrante, puedo asegurar y aseguro que son ustedes unos LADRONES. Así, con mayúsculas.

Me di de baja del servicio ADSL y dos meses después me cobraron dos facturas del servicio dado de baja. He puesto reclamaciones sobre las reclamaciones de las reclamaciones. La última noticia suya fue un mensaje en mi teléfono móvil en el que se me informaba que no iba a ver ni un céntimo del dinero robado. Cosa curiosa, porque días atrás me habían proclamado vencedor de la disputa, prometiéndome la devolución de mi dinero. Me pregunto: ¿De qué República Bananera han salido ustedes?

Oh Dios Todopoderoso, por qué has permitido que esta plaga de empresas sin escrúpulos comandadas por ladrones sinvergüenzas y representadas por extraños seres que habitan al otro lado del teléfono, que parecen haber sido concebidos en el mismo instante que descuelgan el teléfono, puesto que no saben nada de nada de nada… ¿por qué pululan a sus anchas este tipo de entes maliciosos?

Por no hablar de lo chistoso que resulta que una empresa de comunicaciones tenga una comunicación entre departamentos peor que aquella remota época en que los humanos nos comunicábamos con tambores y señales de humo. Lo más sangrante del tema es que apuesto mi mejor dedo (con uña) a que están sentados unos al lado de otros. El cachondeito que deben llevarse con los pobres desgraciados que les llamamos a diario.
Por cierto, ¿dónde fabrican éstos especimenes?, ¿hacen un casting para elegir las personas más tontas o les hacen cursillos?

Otra pregunta que no puedo dejar de hacerme es: ¿conocen ustedes ese maravilloso invento llamado base de datos? Si no, yo les puedo enviar un bloc y un boli y así evitar a sus sufridos e incautos clientes que tengan que contarle toda su vida cada vez que llaman por teléfono.

Mire usted, los alrededor de 40,00 EUR que me han estafado espero que los tenga usted que gastar íntegros en Viagra y Aspirinas, y que le aproveche. Me gustaría ser funcionario o algo así y poder tener tiempo para meterles un paquete que se iban a cagar las patas abajo, joputas.

Claro, la cuenta sale fácil… 40 Euros de uno, de otro y del de la moto y claro, la cosa tira!! A final de año beneficios y fiesta en el Hotel Palace a tutiplen, con nuestro dinero, so cabrones!! Que 40 Euros para usted no son nada, pero para mi pueden significar un fin de semana alegremente compartido con amiguetes, cervecitas y, si el día está de cara, puede que alguna linda señorita se sume a la fiesta. Quitándome esos 40 Euros, están ustedes quitándome la posibilidad de encontrar (vete tú a saber) a mi media naranja, ¿acaso ello no le plantea a usted un cargo de conciencia? Si me devolvieran o devolviesen mis 40 Euritos, yo les prometo que no hablaré
mal de su empresa, de verdad de la buena.

Como la devolución de los 40 Euritos suena a utopía, yo les voy a ayudar a publicitar sus servicios (gratis), para que la gente los conozca. Voy a enviar esta carta y todas las futuras cartas que se me ocurran a todos los foros, páginas web, etc., habidas y por haber hasta que me canse. Como me han jodido a base de bien y no han tenido la delicadeza de acariciarme durante tal acto, me da a mí que voy a tardar bastante tiempo en cansarme y olvidarme de ustedes.

Sin nada más que añadir por el momento, espero que reciba usted esta carta pronto. Me hubiera gustado enviársela por correo electrónico, pero ya van con cuidado ustedes en no poner a disposición del respetable ni una sola dirección de e-mail. ¿Acaso temen que gente de buena fe como el que suscribe vayan a inundarlos de e-mails recordándoles lo pedazo de manguis que son? Pues sí, temen bien.

No obstante, como su brazo no llega hasta el Postal Service (Correos vamos), y esa misma legislación que ustedes se pasan por el forro día sí, día también, les obliga a poner visible en su web la dirección de la empresa, les remitiré esta carta en papel de toda la vida.

Póngame a los pies de su señora o familiar cercano.

PD: Oh incautos compañeros internautas, no os dejéis atrapar por la trampa naranja. Es peor que una secta, una vez que has entrado es casi imposible salir, a no ser que te desprendas de tu dinero y se lo des a ellos.