viernes, 11 de septiembre de 2009

Despedida y cierre

Pues nada, que mi periplo bloguero, o más concretamente este blog, toca a retirada. Que no me apetece seguir con ello vamos.

Esta entrada es más que nada para agradecer a todos los visitantes que hayan perdido parte de su tiempo leyendo lo aquí escrito. Y un agradecimiento especial para todos los que además de leer os habéis tomado la molestia de escribir algún comentario.
El blog seguirá estando hasta que la gente de blogger quiera, pero más entradas no van a haber.

Y para terminar con buen sabor de boca, os dejo un vídeo de un concierto de Yanni. La música podrá gustar más o menos, pero fijaros que felicidad irradian todos los músicos!!.

Hasta más ver :-)

Leer más »

sábado, 5 de septiembre de 2009

Amor: What coño is it? Parte 2ª

Siguiendo con el tema del amor conyugal (cada cual que lo llame como más rabia le de). Me he acordado de un libro que viene a expresar en un lenguaje poético pero sencillo gran parte de lo que tengo que decir sobre el tema. Así que recurro al copipasto, y que hable el Sr. Khalil Gibrán (el libro en cuestión se titula "El Profeta"):

Entonces, Almitra habló otra vez: ¿Qué nos diréis sobre el Matrimonio, Maestro?

Y él respondió, diciendo:

Nacisteis juntos y juntos para siempre. Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días.
Sí; estaréis juntos aun en la memoria silenciosa de Dios. Pero dejad que haya espacios en vuestra cercanía.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros. Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura.
Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas.

Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa.
Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.

Las cuerdas de un laúd están solas, aunque vibren con la misma música.
Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero lo tenga. Porque sólo la mano de la Vida puede contener los corazones.
Y estad juntos, pero no demasiado juntos. Porque los pilares del templo se erigen a distancia.
Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.
Leer más »

domingo, 30 de agosto de 2009

En el programa de radio de Jeff Sykes tuve oportunidad de conocer a un Donald Shimoda para mí desconocido. El programa empezó a las nueve de la noche y se prolongó hasta las doce. Se difundía desde un estudio no mayor que el taller de un relojero, cuyas paredes estaban cubiertas de mandos, sintonizadores e hileras de anuncios comerciales grabados en cinta magnetofónica.
Sykes preguntó en primer término si no era hasta cierto punto ilegal volar por el país en un avión antiguo, recogiendo pasajeros.
La respuesta debería haber sido negativa. No había nada de ilegal en eso, y los aviones eran inspeccionados tan escrupulosamente como cualquier reactor de transporte. Eran más seguros y resistentes que la mayoría de los aviones modernos de metal laminado, y lo único que hacía falta era la matrícula y la autorización del dueño del campo. Pero Shimoda no dijo nada de eso.

- Nadie puede prohibirnos que hagamos lo que queremos hacer, Jeff - respondió.

Lo cual era muy cierto, pero implicaba una falta de tacto, siendo así que hablaba al público de la radio, ansioso por saber que significaba esa historia de los aviones que andaban por todas partes. Apenas un minuto después empezó a parpadear la lucecita del teléfono instalado en la mesa de Sykes, que comunicaba con la centralita.

- Tenemos una llamada en la línea uno - anuncio Sykes -. Sí, señora.
- ¿Estoy en antena?
- Sí, señora, está en antena y nuestro invitado es el señor Donald Shimoda, piloto. Adelante, está en antena.
- Bien, me gustaría decirle a ese individuo que no todos pueden hacer lo que quieren y que algunas personas deben trabajar para ganarse la vida y tienen la responsabilidad suficiente para no andar haciendo payasadas por las alturas.

- Las personas que trabajan para ganarse la vida hacen lo que más les place - respondió Shimoda -. Lo mismo que las que se ganan la vida jugando…
- Las escrituras dicen que ganarás el pan con el sudor de tu frente y lo comerás con dolor.
- También somos libres de proceder así, si lo deseamos.
- "¡Haz lo que quieras !" Estoy harta de que personas como usted repitan "¡haz lo que quieras, haz lo que quieras !" Si permitimos que todos se desboquen, destruirán el mundo. Ya lo están destruyendo. ¡Fíjese en lo que está ocurriendo con las plantas, con los ríos y con los océanos !

Le dio cincuenta pretextos distintos para contestar y él los ignoró todos.

- No importa que se destruya el mundo - dijo -. Tenemos otros mil millones de mundos para crear y elegir. Mientras la gente anhele planetas, tendrá planetas donde vivir.

No era el argumento ideal para apaciguar a su interlocutora y miré atónito a Shimoda. Este sustentaba su punto de vista particular, que abarcaba la perspectiva de incontables ciclos vitales y de los conocimientos que solo un maestro puede recordar. Naturalmente, su interlocutora suponía que la discusión giraba en torno a la realidad de este único mundo, donde el nacimiento es el comienzo y la muerte es el fin. El lo sabía… ¿por qué entonces no lo tomaba en consideración?

- Todo anda a las mil maravillas, ¿no es cierto? - exclamó la polemista por teléfono -. En este mundo no existe la maldad, el pecado no prospera alrededor de nosotros. Eso es lo que inquieta, ¿verdad?

- No hay ningún motivo para que nos afanemos por eso, señora. Vemos sólo una partícula del todo que es la vida, y esa única partícula es falsa. Todo se equilibra, y nadie sufre y nadie muere sin su consentimiento. Nadie hace lo que no quiere hacer. No existen ni el bien ni el mal, fuera de lo que nos hace felices y de lo que nos hace desdichados.

Nada de eso contribuía a calmar a la dama. Pero ella cambió bruscamente de tono y se limitó a preguntar:

- ¿Cómo sabe todo eso? ¿Cómo sabe que lo que dice es cierto?

- No sé que es cierto - respondió Shimoda -. Lo creo simplemente porque me complace creerlo.

Entrecerré los ojos. Podría haber dicho que lo había ensayado y daba resultado: las curaciones, los milagros, la vida práctica que convertía sus ideas en hechos ciertos y viables. Pero no lo dijo. ¿Por qué? Existía una razón. Yo conservaba los ojos entreabiertos y veía casi todo el estudio como una mancha gris , con la imagen borrosa de Shimoda inclinada para hablar por el micrófono. Enunciaba todos estos conceptos directamente, sin dar alternativas, ni hacer ningún esfuerzo para que sus pobres oyentes lo entendieran.

- Quienes han sobresalido, quienes han sido felices, quienes han dejado una herencia útil al mundo, han sido en su totalidad almas divinamente egoístas, que vivían pensando en su propio provecho. Sin excepción.

Luego llamó un hombre, cuando ya estaba más avanzada la noche.

- ¡ Egoísta ! ¿Sabe quién es el anticristo?

Shimoda sonrió fugazmente y se acomodó en la silla, como si conociese personalmente a su interlocutor.

- Tal vez me lo pueda explicar usted.

- Cristo dijo que debemos vivir para nuestro prójimo. El anticristo dice que seamos egoístas, que vivamos para nosotros mismos y que dejemos que el prójimo se vaya al infierno.

- O al cielo, o a donde tenga ganas de ir.

- Es usted una persona peligrosa, ¿sabe? ¿Qué sucedería si todos le escucharan e hicieran lo que se les antojase? ¿Qué cree que ocurriría en ese caso?

- Pienso que nuestro planeta probablemente sería el más venturoso de esta región de la galaxia - contestó.

- Presiento que no me gustaría que mis hijos escucharan lo que está usted diciendo.

- ¿Qué desean escuchar sus hijos?

- Si todos somos libres de hacer lo que se nos antoja, entonces yo soy libre de ir a esa emisora con mi escopeta y de volarle su estúpida cabeza.

- Desde luego que es libre de hacerlo.

La comunicación se cortó secamente. En algún lugar de la ciudad había cuanto menos un hombre indignado. Los otros, y las muchas mujeres coléricas, seguían llamando. Todos los botones del aparato estaban encendidos y titilando.
No era lógico que las cosas hubieran tomado ese rumbo. Podría haber dicho lo mismo, con otras palabras, sin irritar a nadie. Volvía a invadirme la misma sensación que había experimentado en Troy, cuando la multitud se desbocó y le rodeó. Era hora, evidentemente era hora, de que tomáramos el portante.

El manual no me prestó ninguna ayuda, allí en el estudio.

Para vivir libre y dichosamente,
debes sacrificar el tedio.
No siempre es un sacrificio fácil.

Jeff Sykes les había dicho a todos quiénes éramos, que nuestros aviones estaban posados en el campo de John Thomas, junto a la S-41, y que pasábamos la noche debajo del ala.
Captaba las vibraciones de ira de los interlocutores, temerosos por la moral de sus hijos y por el futuro del modo de vida norteamericano, y nada de eso me hacía feliz. Faltaba media hora para que terminara el programa y las cosas iban de mal en peor.

- ¿Sabe una cosa? Creo que usted es un farsante - dijo el autor de la llamada siguiente.

- Claro que lo soy. Todos somos farsantes en este mundo, todos fingimos ser algo que no somos. No somos organismos que nos movemos de un lado a otro, no somos átomos y moléculas. Somos ideas inmortales e indestructibles de lo que Es, aunque estemos convencidos de otra cosa…

El habría sido el primero en recordarme que yo era libre de irme, si no megustaba lo que decía, y se habría reído de mi temor de que una turba de linchadores nos estuviera esperando con antorchas junto a los aviones.
Leer más »

miércoles, 26 de agosto de 2009

Amor: What coño is it? - Parte 1ª

El Amor. Una de las cosas más importantes para la raza humana y de la que, curiosamente, existen cienes y cienes de versiones. Pero vamos por partes, como decía Jack el Destripador.

Los humanos tenemos una acusada tendencia a clasificar y etiquetar, y el amor no se salva de esta manía. Amor fraternal, familiar, conyugal, etc. etc. En cambio, su opuesto (el odio) es menos complicado. Simplemente se odia, sin extraños matices que puedan confundir al personal.
El amor es el único que sufre las citadas complicaciones, lo que puede llevar a preguntar: ¿no estaremos liando la cosa?. Desde este humilde rincón del ciberespacio voy a exponer mis razones para quien no tenga nada mejor que hacer que leerlas.

Amor Puro: Se supone que es la forma más elevada de amor que se puede encontrar en este planeta. Suele ir asociado a mentes brillantes y personas que están unos cuantos peldaños por encima de sus congéneres en cuanto a evolución. Ejemplos en la historia hay unos cuantos, como bien podrían ser Gandhi, Jesús o Buda.
Pero como esto es algo reservado para unos cuantos que ponen el empeño suficiente para llegar a esos niveles, casi que lo dejaremos en una especie de mención honorífica.

Amor conyugal: En teoría, nace entre dos personas que a su vez se ponen tontorrones en el contacto íntimo. En el modelo social en el que vivimos es requisito indispensable si uno desea considerarse realizado.
Esta relación va acompañada del estado de "enamoramiento", que consiste básicamente en estar atontado la mayor parte del día pensando en el próximo polvo (o en el anterior) y creando fábulas imaginarias sin ninguna consistencia real. A menudo se vuelve a la realidad de modo directamente proporcional en la que se va conociendo a la otra persona, aunque hay gente adicta al modo "enamorao".
Suele ocurrir que este tipo de relaciones se basan o al menos tienen como ingrediente principal la atracción física y/o la pasión sexual. Esto es como construir una casa sin hacer ningún cimiento. Al mínimo temblor se irá todo a tomar viento. Creo que es evidente que cualquier relación humana que pretenda ser sólida debe basarse en la AMISTAD. A su vez, la amistad debería basarse en tres pilares fundamentales: respeto, comprensión y sinceridad. En las relaciones de amor conyugal estándar suele haber poco o nada de estos tres conceptos.
¿Y el sexo? Pues en un digno y meritorio SEGUNDO plano. Mezclar amor y sexo al mismo nivel creo que es uno de los mayores errores que se pueden cometer. No pertenecen al mismo nivel, no se deben equiparar. Una sencilla exposición que siempre hago para ilustrar esto: El sexo se puede comprar, pero ¿cuanto cuesta una ración de amor, o una ración de amistad?

Particularmente sangrante me parece la expresión "hacer el amor" cuando nos referimos al sexo. El amor se "hace" en el día a día, cuidando los pequeños detalles, ocupándote del bienestar de la otra persona, disfrutando de su compañía, arrimando el hombro en los momentos críticos y en otras muchas situaciones. Pero en los momentos erótico-festivos no se está "haciendo" el amor. Vale, sí, se puede practicar el sexo con alguien a quien quieres, pero también puedes jugar a tenis, o compartir una película, etc. etc. El acto sexual genera confianza, sí, pero no "crea" amor!!

Y como el tema da para mucho, mejor lo voy haciendo por entregas, que el tiempo apremia y en dosis pequeñas las cosas se explican y asimilan mejor ;-)
Leer más »

martes, 18 de agosto de 2009

Sabiduría popular: el matrimonio gay

Por suerte o por desgracia, o simplemente por cuestiones laborales, trato bastante con la gente. En este trance a veces se producen situaciones cuanto menos curiosas, y como ejemplo allá va un botón:

EL MATRIMONIO GAY

Situación:
La acción se desarrolla una veraniega tarde cualquiera, donde se produce una tertulia vecinal.

LOS INVOLUCRADOS

- Sujeto A:
Varón de unos 55 años. Funcionario con convicciones socialistas que se remontan varias generaciones atrás.

- Sujeto B: Muy parecido al sujeto A, sólo que en apariencia es más rudo (nótese que funcionario y socialista suele ir extrañamente asociado).

- Sujeto C: Yo mismo.

- Sujeto D: Mozuela de unos veinte años hija del sujeto B.

EL MEOLLO

U
na vez superada la típica conversación transcendental sobre el clima y demás, surge sin saber muy bien por qué el tema del matrimonio gay, concretamente cuando se casan dos hombres. Entonces es cuando la conversación nos regala este momento de sabiduría popular:

- Sujeto A: Pues a mi no me parece bien que dos hombres se casen.

- Sujeto C: ¿Y eso por qué?

- Sujeto A: Porque... porque.... ¡¡porque no me parece bien!!

- Sujeto C: ¿Y ya está bien así? Menudo socialista estás tú hecho.

- Sujeto B: (Dirigiéndose al sujeto A) Pues yo estoy mucho más avanzado que tú.

- Sujeto A: ¿Qué quieres decir?

- Sujeto B: Que yo soy más avanzado, más progresista. Me parece bien que se puedan casar, porque al fin y al cabo si los pobres tienen esa enfermedad tampoco es su culpa.

- Sujeto A: ¿Qué cojones de enfermedad? Lo que tienen es mucho vicio!!

Pero ahora es cuando entra en acción la representante de las nuevas generaciones para aplicar un poco de sentido común:

- Sujeto D: Claro que es una enfermedad, porque cuando nacemos hay quien nace hombre y hay quien nace mujer... entonces... es una enfermedad.

Y hasta aquí el resumen con los mejores momentos (para los bisexuales también hubo conclusiones también). Quizás en la fría letra la cosa pierda potencia, pero la actuación del sujeto B provoca una mezcla de risa y nosequé sin parangón :-D

Próximamente más entregas (o no).
Leer más »