RESPONSABILIDAD
La responsabilidad es uno de esos muchos conceptos que tienen la particularidad de que cada uno lo toma en la medida que quiere. Normalmente, claro está, esa medida suele ser la más favorable a nuestra propia personalidad.
Empezaría por preguntar: ¿somos responsables de nuestras acciones?. Rotundamente pienso que sí. Siempre gozamos de libertad de elección (aunque a veces sea más cómodo creer que no), de modo que siempre somos los que decidimos y, en consecuencia, los responsables.
Entonces, ¿también somos responsables de lo que nuestras acciones causen en los demás?. Esta interrogante probablemente plantee más dudas, puesto que ya no estamos valorando sólo nuestros propios actos. Aquí ya entran en juego otras personas, cada una con su propio concepto de la vida.
Mi opinión es que sí deberíamos sentirnos responsables tanto de nuestras acciones como de sus consecuencias. Por más que seamos una minúscula mota de polvo en el Universo y que probablemente nada de lo que hagamos o dejemos de hacer tenga la más mínima relevancia. Y lo creo así por una sencilla razón: se aprende más y mejor. Podemos hacer lo que nos apetezca en el momento que nos apetezca y del modo que nos apetezca, sin detenernos ni un solo milisegundo a valorar las posibles consecuencias de nuestras apetencias. Somos libres para eso y para más.
Pero detenerse a analizar y observar las consecuencias de nuestros actos agudiza la capacidad de observación, la imaginación, el razonamiento y un largo etcétera de cosas, todas ellas provechosas si se pretende aprender un poco de qué va la película ésta de vivir. Si además de esto se siente algo de simpatía por la raza humana, siempre uno obrará de un modo más productivo.
No quiere decir ello, ni mucho menos, convertirse en el buen samaritano que pone la otra mejilla, no. Quiere decir que toda acción provoca una reacción, y si se pretende vivir tratando de escapar de la ignorancia, mejor que seamos conscientes de las reacciones que van a provocar nuestras acciones. Al menos así podemos poner la balanza, ver pros y contras, y proceder en consecuencia con lo que queremos.
Las mismas acciones provocarán diferentes reacciones en cada persona. Quizás quieras hacer un favor a alguien con la mejor intención y ese alguien entienda "vete tú a saber". O al revés. Entonces... ¿somos responsables de que aquel haya entendido lo que le diera la gana?. Puede que sí, o puede que no. Aquí cada uno que coja la parte de responsabilidad que quiera. Personalmente, trato de no atormentarme por las veces que algo ha salido "mal". Siempre trato de pensar que se puede hacer "mejor". Las veces que las cosas salen "mal" que sirvan de aprendizaje. Si pensara que como yo lo hago, bien hecho está, y que lo que la otra persona entienda problema suyo es, creo que me estaría cerrando unas oportunidades muy valiosas de comprender mis propios actos y del comportamiento humano en general.
Para ilustrar todo esto, imaginemos que estamos una ociosa tarde de domingo en el campo. Nos han regalado un arco y nos da ilusión probar su potencia. Nos mueve a ello la sana intención de jugar un rato como hacíamos de niños. Apuntamos hacia delante y disparamos la flecha. Resulta que el arco es más potente de lo podíamos imaginar, y la flecha vuela tan lejos que la perdemos de vista. La flecha voladora resulta que en su caprichoso camino ha ido a detenerse incrustada en el homoplato de un sorprendido excursionista.
No teníamos intención de realizar daño alguno, simplemente estábamos jugando. Pero si el homoplato del excursionista pudiese hablar, a buen seguro que expresaba algo así como "me importa un huevo, tu flecha me ha atravesado, es todo lo que se".
¿Seríamos responsables del daño causado al excursionista?
El excursionista estaría en su libertad de tomarlo como un accidente casual, o de enfadarse mucho y denunciarnos, o de cogerle fobia al campo y a toda cosa que vuela sin control, etc. etc. Eso dependería de él. En fin, como siempre, las opciones son muchas y variadas. Que cada cual coja la parte de pastel que desee, para eso disfrutamos del libre albedrío.
They got the power
Hace 5 años
pufff... cuanto para comentar!
ResponderEliminarantes de entrar en trance agradecerte que te pasaras a comentar por mi blog :) tras leer algo del tuyo me he exo seguidora del tuyo ^^ la verdad que pinta bien... ahora si, entro en trance:
¿somos responsables en nuestras acciones? al igual que tu, yo tambien pienso que si. ahora, cabe preguntarse, ¿hasta que punto estamos condicionados por el entorno y los distintos procesos de aprendizaje que se han dado en el?
el entorno es un clarisimo condicionante de nuestra personalidad, asi que el libre albedrio... de base ya no es tan libre.
¿también somos responsables de lo que nuestras acciones causen en los demás?. si y no. como bien dices, entra en juego la interpretacion de los demas, pero si somos responsables de nuestros actos, tambien debemos serlo de sus consecuencias.
"Por más que seamos una minúscula mota de polvo en el Universo y que probablemente nada de lo que hagamos o dejemos de hacer tenga la más mínima relevancia". me viene a la mente el "efecto mariposa"... pero ahi no entro!
un saludo =)
pd: entraria mas al trapo, pero estoy en una clase xD
Las gracias te las doy yo a ti ;-)
ResponderEliminarBueno, vamos al tema:
Sobre el entorno, decir que también es nuestra libre elección permitir que influya en nuestra personalidad. Vale que cuando somos lechones seguramente estemos influenciados, pero una vez en edad adulta con la (supuesta) capacidad de razocinio, reflexión, etc. como que a mi modo de ver no hay excusa que valga. Cada uno elige lo que quiere ser.
Sí, yo también me acuerdo del efecto mariposa. Creo que TODO está entrelazado. Pero por otro lado también creo que no debemos creernos muy importantes, que la naturaleza es sabia y sabe equilibrarlo todo.
PD: En clase y navegando por Internet? en mi efímera época estudiantil el único modo de entreternos era metiéndonos con los profesores... los tiempos cambian.
son los pequeños lujos que nos perimtimos los de ultimo año de carrera, oh yeah!
ResponderEliminarel entorno es un elemento esencial para el desarrollo de la personalidad del individuo, asi como esencial para otras cuestiones (el autoconcepto, las conductas condicionadas por el condicionamiento clasico u operante, etc...).
Como bien dices es absolutamente clave en la etapa infantil [Freud] pero... porque ya no tanto en etapas posteriores? bien, porque ya hemos interiorizado practicamente la totalidad de las normas sociales que ya nos ha dictado el entorno. Por tanto, en etapas posteriores, si bien el aprendizaje es supuestamente mas reducido en comparacion a cuando eramos nanos, ya estamos en cierto modo prediseñados para actuar de una determinado manera.
[yo soy yo y mis circunstancias]
libre albedrio si, pero... ¿cuanto de libre?
-> el tema da para largo, aunque en el fondo estamos diciendo lo mismo =)
Sí, en el fondo probablemente estemos diciendo lo mismo.
ResponderEliminarEl entorno influye, pero sólo en la medida que permitamos que influya. Lo único de lo que realmente somos dueños en esta vida es de nuestros pensamientos, sentimientos... de nuestra forma de ser. El entorno y demás creo que es más una excusa para justificarnos que otra cosa, pues si somos dueños de todo lo relacionado con nuestro mundo interior, nada ni nadie puede obligarnos a nada que no deseemos.
Somos lo que queremos ser. Al final creo que tantos libros y tantos estudios se pueden resumir en esa escueta frase.