El motor humano

En estos tiempos que corren donde predomina lo material sobre cualquier otra cosa, parece evidente que el motor del ser humano corriente se alimenta de dinero, poder, sexo y combustibles similares. Pero tanto este tipo de "alimentos" como otros que podríamos considerar más nobles creo que tienen un punto en común: la ilusión.

Las personas tenemos, en general, cierta tendencia a la vaguería, al acomodamiento. Una vez hemos logrado un mínimo punto de sensación de bienestar lo más fácil es quedarse quietecito para que nada cambie. Es entonces cuando nuestro motor se queda funcionando al ralentí, bajo mínimos, hasta que un buen día amanecemos de mal humor, hastiados de todo y de todos y sin saber muy bien el por qué. Lo normal es haber convertido la existencia en una aparentemente plácida monotonía que nos mantiene a salvo de turbulencias exteriores y, sobre todo, a salvo de nosotros mismos. Este tipo de vida puede resultar cómoda durante un tiempo sí, pero tarde o temprano la falta de ilusión, la falta de objetivos, nos convertirá en algo muy parecido a un zombie, con la sensibilidad equivalente a un trozo de madera.

Es por ello que veo imprescindible conservar la ilusión en algo. Y un buen modo de tener ilusiones es tener aficiones. La gente más vacía y aburrida que he conocido han sido siempre personas sin aficiones. Se dedican a trabajar, alimentarse, y generalmente aburrirse la mayor parte del tiempo libre. Cualquier sábado por la noche los puedes encontrar haciendo como que se lo pasan muy bien en pubs y discotecas.
En cambio, la gente inteligente, activa, ese tipo de personas de las cuales siempre hay algo que aprender vaya... esos suelen tener más aficiones que tiempo disponible para satisfacerlas.

Hay aficiones más productivas que otras, pero hay que mantener las ilusiones, y renovarlas, para que nuestro motor funcione a un buen ritmo. Digamos que nuestro motor rendirá proporcionalmente a la calidad del combustible que empleemos.
Además, pocas cosas son comparables a la sensación que se experimenta mientras uno se esfuerza en x cosa y va viendo los frutos de ese esfuerzo. Si existe un camino hacia la felicidad, puede que dedicarnos a nuestras aficiones en la medida de lo posible sea ese camino, o uno de ellos.